Sólo
la existencia de un secreto pacto diabólico tras un aquelarre misterioso puede
explicar el inesperado triunfo de la moción de censura del socialista Pedro
Sánchez al Gobierno popular de Mariano Rajoy a pesar de la hábil utilización
por parte del proponente de la sentencia del “Caso Gürtell”, que asume toda la
oposición, con corruptos o no en sus filas. Es obvio que ha habido bastante más
que meros “contactos de cortesía” del líder socialista para alzarse, con sólo
84 diputados (Rajoy contaba con 137), no ya con el triunfo de la moción
(objetivo asequible al arremeter en masa contra el Gobierno) sino también, y
como consecuencia de lo anterior (las mociones de censura son constructivas y
requieren un candidato y un proyecto alternativo), con la Presidencia del
Gobierno sin exponer un proyecto gubernamental alternativo tal como está
previsto en los debates de censura. Ese presunto pacto diabólico ha bastado
para que, exponiendo en el hemiciclo cuatro ideas generales y otras tantas
vagas intenciones (diálogo, progreso social, igualdad, derogación de algunas
leyes, trabajo seguro y no precario…..) sus valedores hayan quedado satisfechos
para darle el ansiado “sí”, cuando para tener la ansiada mayoría, además del
PSOE, se necesitaba a IU-Podemos con sus mareas y confluencias, PNV, Bildu,
ERC, PDeCat, Compromís y Nueva Canaria; en definitiva un amplio conglomerado de
opciones políticas variopintas, tanto de derechas como de izquierdas,
populistas, nacionalistas, independentistas o abertzales, que en su conjunto serían
incapaces de hilvanar un mínimo proyecto común gubernamental, coherente y
viable, no ya para gobernar España sino incluso para administrar la gestión de
un bloque de viviendas. Por tanto, sólo un pacto diabólico puede explicar el
éxito de la moción de censura en un ambiente preñado de traiciones,
deslealtades, incoherencias, irresponsabilidades, mentiras, verdades a medias y
falsas acusaciones en las que han participado todos, dando una pésima imagen a
la ya deplorable credibilidad de los ciudadanos sobre esta política con
minúsculas y a corto plazo con que sus señorías se conducen con demasiada
frecuencia. Una moción de censura es para afrontar situaciones de
ingobernabilidad calamitosas y pretende con su triunfo (ésta es la primera
moción que triunfa) un claro cambio de rumbo a mejor para que los ciudadanos,
mayoritariamente, perciban que el nuevo Gobierno surgido de la misma, sin pasar
por unas elecciones, va a enderezar el errado rumbo hasta finalizar la
correspondiente Legislatura. Sin embargo y a priori, siendo ya débil el
Gobierno anterior con una mayoría insuficiente en la Cámara de 137 escaños,
aunque con apoyos puntuales de otros, homogéneos ideológicamente, la
alternativa surgida tras la moción para enderezar la situación es un gobierno
más débil aún, apoyado sólo por 84 diputados y sin perspectivas de apoyos
puntuales con cierta homogeneidad ideológica. En fin, una censura exitosa,
gracias a ese presunto pacto diabólico, que, de momento, la única certidumbre
que aporta es el futuro personal de su promotor, Pedro Sánchez, quien, tras
pasar por Moncloa, aunque fuera brevemente, se garantiza el estatus vitalicio
de ex Presidente del Gobierno con las pertinentes prebendas que conlleva el
mismo. Enhorabuena pues a Pedro Sánchez por su éxito personal.
Dicho
lo anterior, surgen todas las incertidumbres, comenzando por la única propuesta
alternativa concreta de Sánchez, cual es mantener los Presupuestos Generales
del Estado, aún en tramitación en el Senado, aprobados por PP, Ciudadanos y
PNV, a los que se opuso tajantemente hace cuatro días porque, según él (mejor
ni mencionar lo que decían sus nuevos socios), “no son creíbles, atacan al
Estado del Bienestar y no defienden ni a las mujeres, ni a los trabajadores, ni
a los parados, ni a los jóvenes”…. y además tiene la geta de engañar a la gente
diciendo que los mantendrá por “responsabilidad”… ¿es responsable dejar
indefensos a todos los que dice y cargarse el Estado del Bienestar?, ¿no será
más bien que se los traga, y lo que haga falta, porque el PNV le exigía tal
peaje para darle su imprescindible apoyo? Pero, ya ven, no importa, en el pacto
diabólico, si no gustan unos principios, no pasa nada, se tienen otros.
Y con tales
planteamientos, tras defender con razón el 155 en Cataluña, junto a PP y Ciudadanos,
y decir que “Torra es el Le Pen español y el PSOE le va a hacer frente”,
pidiendo “consecuencias penales” para las ilegalidades del “procés”, es fácil
pasar ahora a hacer guiños al secesionismo diciendo que “hay territorios que se
sienten nación” y ofreciendo “diálogo” (como si no lo hubieran habido) para
resolver el “problema político” catalán ya que “hay soluciones políticas”….
Menos mal que, de momento, niega que en España haya “presos políticos” y afirma
que el poder judicial español es independiente. Al final, tiene razón el
portavoz del PNV (tras sacar tajada de unos y otros) diciendo que al dejarle
como árbitro de la gobernabilidad, España tiene un problema, mientras otros
sostienen que es indecente que a la Gürtell la hayan desalojado, entre otros,
los EREs, Cursos de Formación, el famoso 3% de CDC (condenada por corrupción y
camuflada hoy como PDeCat)…e intolerable que encima digan, sin sonrojarse, que
lo hacen por ética política….pero, ya ven, el pacto diabólico lo soporta todo.
Y mientras Sánchez dice, tras desalojarlo, que el PP “no es corrupto”, Iglesias
ya le ofrece “ganar juntos” las próximas elecciones….. Sólo cabe desear pues lo
que Rajoy ha dicho a Sánchez en su despedida, que, como él ha hecho, deje una
España mejor que la que recibió.
Fdo. Jorge
Cremades Sena