Griñán,
provocando todo tipo de especulaciones, deja la presidencia de la Junta de
Andalucía para que su heredera política Susana Díaz sea investida como tal en breve.
El PP dice que es una “espantá” por los EREs y Zoido, su presidente andaluz,
califica la próxima investidura de Díaz como “aberración” e “indignidad”; IU,
según Valderas, socio de gobierno en la Junta, califica el gesto de Griñán como
“valiente y ejemplar” y el PSOE, según su vicesecretario general andaluz,
Jiménez, lo califica como “ejercicio de dignidad y honradez” al “interpretar
que es el momento de un cambio histórico en Andalucía”, pues Susana representa
la “modernidad y el futuro”. Por su parte, ante tamañas discrepancias, el
propio Griñán dice que deja la presidencia para preservar a la Junta de la
“erosión” y “daño” que le hace un debate que “ha monopolizado en los últimos
meses de forma injusta sobre el presidente de la Junta y su relación con el
caso” de los EREs fraudulentos, también para propiciar “un cambio generacional”
que “sintonice mejor con la sociedad de hoy” aunque también hayan influido
cuestiones personales y familiares, pues es mucho el “daño personal” causado
con este asunto, pero “sobre todas las cosas, me duele el daño a la Junta de
Andalucía y, por eso… pretendo favorecer que este asunto deje de entorpecer la
política cotidiana”. Y sobre su futuro político afirma que seguirá como
presidente del PSOE y secretario general del PSOE-A hasta la Conferencia
Política y “ya veremos cómo evolucionan los acontecimientos”, manteniendo su
permanencia en el Parlamento andaluz y su más que probable nombramiento como
senador. Rinde cuentas publicando su declaración de bienes y patrimonio de 2009
y 2012, afirmando “nunca oculté bienes y siempre declaré todos mis ingresos” ya
que su patrimonio es el que tenía hace
cuatro años.
Ninguna razón para dudar
sobre lo que dice de su patrimonio e ingresos. Sin embargo sus múltiples
contradicciones e incoherencias sobre todo lo demás obligan, como mínimo, a
poner en cuarentena las verdaderas razones de su renuncia, dando crédito a
quienes mantienen que es consecuencia directa del asunto EREs fraudulentos de
la Junta, en la que Griñán ha sido siempre destacado miembro mucho antes de
heredar la Presidencia de manos de Chávez. Tanta generosidad y sacrificio de
última hora por su parte para no hacer daño a la Junta, cuando por los EREs ya
van más de cien imputados, entre ellos demasiados cargos relevantes de la
misma, no se compadece con el tremendo daño y descrédito continuado que se le
ha ido haciendo (sin que él hiciera nada para evitarlo ni como Consejero, ni
como Presidente) al usar fraudulentamente fondos públicos, que ya nadie pone en
duda, mientras era Consejero de Economía y Chávez presidente. Dichas heridas no
pueden quedar cicatrizadas ni con la anterior huida a Madrid de Chávez, ni con
la suya ahora. Por cierto, ambos se van de idéntica forma, pues no lo hacen del
todo, simplemente nombran un heredero y se quedan controlando el partido hasta
que el heredero deje de ser sumiso y se rebele ante su mentor, que obviamente
deja de ser su amigo, arrebatándole las riendas del partido y el poder que sólo
había heredado en usufructo. Un aviso a navegantes que Griñán no debiera olvidar,
pues si él lo hizo con Chávez, Susana podría hacerlo con él.
Sus incoherencias
argumentales y el desarrollo de los hechos demuestran que todos los motivos que
alega para justificar su renuncia no se ajustan a la verdad. O miente ahora, o
ha mentido anteriormente…o no sabe por dónde va. Si al principio mantuvo que
pretendía imponer en la Junta la limitación de mandatos, afirmando que no se
presentaría en las próximas elecciones para posibilitar una regeneración
política y que, al efecto, convocaría primarias para elegir a su sucesor; si,
poco después de afirmar que piensa agotar la legislatura (su última
legislatura), sorprende anunciando que deja la presidencia por razones
personales y, tras unas primarias (amañadas y denunciadas por parte de sus
propios compañeros), oficializa ahora su renuncia, cuando falta más de la mitad
de legislatura, reconociendo que, entre otras cosas, se va por los EREs, su
falta de sinceridad queda más que probada. Pero si, además, su propio partido
denuncia el fraude de las primarias como un simple paripé para nombrar a la
sucesora designada por él mismo a dedo, pone en entredicho su intencionalidad
de regenerar políticamente el partido que dirige, pues, como mínimo, requiere
un escrupuloso proceso democrático de origen sin injerencias de quienes
detentan el poder en el mismo.
Si lo que busca con
su renuncia no es “alejarse de los EREs” por si le imputan, parece todo lo contrario,
pues las razones que da no son creíbles. Es más, cuando heredó la presidencia
mantuvo que quería “representar un cambio” en ella y ahora que se va reconoce
su fracaso, manifestando que “Hace falta un cambio y ese cambio no lo puedo
protagonizar yo”. Lleva razón, lo malo es que, quienes gobiernan el PSOE no le
toman la palabra e inician el camino (totalmente distinto al de Griñán, Chávez
y compañía en el PSOE-A) para llegar a ese cambio urgente, comenzando por
criticar y denunciar el itinerario seguido por el dirigente andaluz.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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