lunes, 2 de septiembre de 2013

Y GRIÑÁN SE VA

                        Griñán, provocando todo tipo de especulaciones, deja la presidencia de la Junta de Andalucía para que su heredera política Susana Díaz sea investida como tal en breve. El PP dice que es una “espantá” por los EREs y Zoido, su presidente andaluz, califica la próxima investidura de Díaz como “aberración” e “indignidad”; IU, según Valderas, socio de gobierno en la Junta, califica el gesto de Griñán como “valiente y ejemplar” y el PSOE, según su vicesecretario general andaluz, Jiménez, lo califica como “ejercicio de dignidad y honradez” al “interpretar que es el momento de un cambio histórico en Andalucía”, pues Susana representa la “modernidad y el futuro”. Por su parte, ante tamañas discrepancias, el propio Griñán dice que deja la presidencia para preservar a la Junta de la “erosión” y “daño” que le hace un debate que “ha monopolizado en los últimos meses de forma injusta sobre el presidente de la Junta y su relación con el caso” de los EREs fraudulentos, también para propiciar “un cambio generacional” que “sintonice mejor con la sociedad de hoy” aunque también hayan influido cuestiones personales y familiares, pues es mucho el “daño personal” causado con este asunto, pero “sobre todas las cosas, me duele el daño a la Junta de Andalucía y, por eso… pretendo favorecer que este asunto deje de entorpecer la política cotidiana”. Y sobre su futuro político afirma que seguirá como presidente del PSOE y secretario general del PSOE-A hasta la Conferencia Política y “ya veremos cómo evolucionan los acontecimientos”, manteniendo su permanencia en el Parlamento andaluz y su más que probable nombramiento como senador. Rinde cuentas publicando su declaración de bienes y patrimonio de 2009 y 2012, afirmando “nunca oculté bienes y siempre declaré todos mis ingresos” ya que su  patrimonio es el que tenía hace cuatro años.
Ninguna razón para dudar sobre lo que dice de su patrimonio e ingresos. Sin embargo sus múltiples contradicciones e incoherencias sobre todo lo demás obligan, como mínimo, a poner en cuarentena las verdaderas razones de su renuncia, dando crédito a quienes mantienen que es consecuencia directa del asunto EREs fraudulentos de la Junta, en la que Griñán ha sido siempre destacado miembro mucho antes de heredar la Presidencia de manos de Chávez. Tanta generosidad y sacrificio de última hora por su parte para no hacer daño a la Junta, cuando por los EREs ya van más de cien imputados, entre ellos demasiados cargos relevantes de la misma, no se compadece con el tremendo daño y descrédito continuado que se le ha ido haciendo (sin que él hiciera nada para evitarlo ni como Consejero, ni como Presidente) al usar fraudulentamente fondos públicos, que ya nadie pone en duda, mientras era Consejero de Economía y Chávez presidente. Dichas heridas no pueden quedar cicatrizadas ni con la anterior huida a Madrid de Chávez, ni con la suya ahora. Por cierto, ambos se van de idéntica forma, pues no lo hacen del todo, simplemente nombran un heredero y se quedan controlando el partido hasta que el heredero deje de ser sumiso y se rebele ante su mentor, que obviamente deja de ser su amigo, arrebatándole las riendas del partido y el poder que sólo había heredado en usufructo. Un aviso a navegantes que Griñán no debiera olvidar, pues si él lo hizo con Chávez, Susana podría hacerlo con él.
Sus incoherencias argumentales y el desarrollo de los hechos demuestran que todos los motivos que alega para justificar su renuncia no se ajustan a la verdad. O miente ahora, o ha mentido anteriormente…o no sabe por dónde va. Si al principio mantuvo que pretendía imponer en la Junta la limitación de mandatos, afirmando que no se presentaría en las próximas elecciones para posibilitar una regeneración política y que, al efecto, convocaría primarias para elegir a su sucesor; si, poco después de afirmar que piensa agotar la legislatura (su última legislatura), sorprende anunciando que deja la presidencia por razones personales y, tras unas primarias (amañadas y denunciadas por parte de sus propios compañeros), oficializa ahora su renuncia, cuando falta más de la mitad de legislatura, reconociendo que, entre otras cosas, se va por los EREs, su falta de sinceridad queda más que probada. Pero si, además, su propio partido denuncia el fraude de las primarias como un simple paripé para nombrar a la sucesora designada por él mismo a dedo, pone en entredicho su intencionalidad de regenerar políticamente el partido que dirige, pues, como mínimo, requiere un escrupuloso proceso democrático de origen sin injerencias de quienes detentan el poder en el mismo.
Si lo que busca con su renuncia no es “alejarse de los EREs” por si le imputan, parece todo lo contrario, pues las razones que da no son creíbles. Es más, cuando heredó la presidencia mantuvo que quería “representar un cambio” en ella y ahora que se va reconoce su fracaso, manifestando que “Hace falta un cambio y ese cambio no lo puedo protagonizar yo”. Lleva razón, lo malo es que, quienes gobiernan el PSOE no le toman la palabra e inician el camino (totalmente distinto al de Griñán, Chávez y compañía en el PSOE-A) para llegar a ese cambio urgente, comenzando por criticar y denunciar el itinerario seguido por el dirigente andaluz.

                                    Fdo. Jorge Cremades Sena 

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