Es
tal la amnesia ideológica del PSOE que ha bastado que Odón Elorza haya dado una
vuelta de tuerca a la Ley de Memoria Histórica con el asunto de la exhumación
de los cadáveres de Franco y José Antonio para que más de un dirigente
socialista haya tenido un ataque de memoria histérica intolerable, confundiendo
presente con pasado y realidad con irrealismo. Es lo que le ha debido suceder a
Juan Pablo Durán, secretario general de Córdoba y miembro del Comité Federal,
que, ante la imputación judicial de su compañera y alcaldesa de
Peñarroya-Pueblonuevo por varios delitos (contra la administración pública,
fraude y falsedad documental), en vez de colaborar con la Justicia para
esclarecer los hechos y acabar con la corrupción política (tan extendida en
Andalucía), se le ocurre arremeter contra los jueces y contra la derecha que,
por cierto, no gobierna en Andalucía, manifestando, en presencia de la
susodicha, que “la derecha ni hace prisioneros ni deja heridos, solamente sabe
matar y si es posible, en las cunetas que es donde siempre nos han dejado a los
socialistas”. Las dosis inoportunas de memoria histórica suelen provocar en
determinados sujetos alucinaciones
histéricas. Es obvio que el histerismo de su memoria le jugó una mala pasada al
continuar desvariando, entre aplausos (no era el único alucinado), sobre el
“uso indebido de los cuerpos de seguridad del Estado y la maquinaria judicial
al servicio de esta derecha” que “no entiende de democracia, no sabe convencer,
sólo vencer” y “si no lo hace por la fuerza de las armas lo hace con las plumas
estilográficas de los juzgados o de los cuerpos y fuerzas de seguridad del
estado” pues, según él, en eso “se ha convertido este estado de excepción que
dirige el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy”. Y lo peor; aunque al final
ha tenido que pedir disculpas por este discurso anacrónico y delictivo, el PSOE
no ha tomado ninguna medida contra este orador cargado de argumentos racionales
en su chabacano discurso, avalando así la huida al monte del dirigente
cordobés.
Pero
lo lamentable es que este impresentable episodio no es aislado, ni la excepción
que confirma la regla, ya que junto a otros, de palabra u obra, viene a
corroborar la deriva hacia ninguna parte de un PSOE desnortado y sin argumentos,
que, amnésico de su pasado, es incapaz de recuperar su identidad de cara al
futuro. Por ejemplo, ante una moción de “condena y repulsa” contra un terrorista,
como ha sucedido en Tafalla contra Inés del Río, el PSOE no puede ausentarse,
como hace Bildu, aunque sólo sea por los compañeros asesinados; ante una
iniciativa parlamentaria de UPyD para ratificar el “derecho a decidir” de todos
los españoles, puesto en cuestión por los nacionalismos independentistas, el
PSOE no puede dividirse a la hora de votar a favor, menos aún si ya es
reincidente en el desacierto… y así sucesivamente una serie de despropósitos
lamentables que cada vez le alejan más de su tradicional vocación mayoritaria
para gobernar, acercándole a posiciones radicales minoritarias de carácter testimonial.
Tampoco se puede justificar semejantes despropósitos, como hace Soraya
Rodríguez, portavoz en el Congreso, culpando a UPyD de intentar sacar rédito
político al presentar la iniciativa, cuando, visto lo visto, quien debiera
haberla presentado era el PSOE, arrastrando al resto de grupos, como ha hecho
Rosa Díez, para que, de una vez por todas, se sepa de qué lado está cada uno.
Desgraciadamente al PSOE, con la actitud del PSC, se le ha visto el plumero. Es
lógico pues que la vieja guardia del PSOE, que no padece amnesia ideológica,
como Alfonso Guerra y otros tantos, haya salido al paso para poner orden en la
histeria colectiva de la actual cúpula dirigente socialista, liderada
curiosamente por un miembro destacado de la vieja guardia, quien, arrastrado
por la memoria histérica de algunos, olvidó la memoria histórica del partido
que fue capaz de gobernar España y buena parte de sus CCAA y ayuntamientos
hasta hace bien poco con su inestimable participación. Que el PSC no es
socialista es obvio. Que el PSOE no puede dejar de presentarse en Cataluña,
también es obvio. Quien opte por el nacionalismo socialista está en su perfecto
derecho, pero eso no es el PSOE.
Por todo lo
anterior, la “alternativa socialista”, que exige la vieja guardia para Cataluña,
es urgente e imprescindible y, ya de paso, convendría recuperar dicha
alternativa para el resto de España. Pues, además de lo referente al “derecho a
decidir”, no se puede despachar lo de Tafalla con el pretexto de que UPN, autor
de la moción, pretende sacar “tajada política”, ni con cualquier otro tipo de
pretexto dejar de apoyar al gobierno en iniciativas como la Ley de Trasparencia,
el problema de Gibraltar…, ni romper relaciones con el PP o con el gobierno
siendo el primer partido de la oposición, ni, como tal, encabezar iniciativas
frentepopulistas con la amalgama del resto de partidos minoritarios en
aventuras reivindicativas que, alejadas de la realidad y carentes de
alternativas creíbles, a la postre, favorecen a dichos partidos testimoniales y
le alejan de la necesaria alternancia política de gobierno que, hasta hace bien
poco, con mayor o menor acierto, ha funcionado satisfactoriamente.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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