La
polvareda política interna y externa que ha causado Pedro Sánchez con la cesión
de cuatro senadores socialistas, dos a ERC y dos a DiL, para que tengan grupos
propios en el Senado, lo que le negaron las urnas, y posibilitar que el PNV
tenga un puesto en la mesa, cedido por el PSOE, ha provocado una serie de
calificativos por parte incluso de los propios barones socialistas que van
desde “inexplicable” a “indeseable”, pasando por “inoportuna”, “anómala”
“desafortunada”, acertados todos ellos menos el de “inexplicable” pues la
obsesión de Sánchez y su necesidad política personal de ser investido
Presidente de Gobierno, al estar cuestionada su supervivencia política, lo
explicaría todo. Cuestión distinta es la explicación que da él y sus más fieles
colaboradores, conscientes de que si no logran su único objetivo le acompañarán
al exilio político, para justificar medida tan cuestionada y darle apariencia
de normalidad cuando el asunto no sólo es anormal e inédito sino que además es
irresponsable, adjetivo que, curiosamente, ninguno de los barones socialistas
utiliza, lo que hace pensar que como muchos de ellos ya gobiernan autonomías y
ayuntamientos en perfecta sintonía con opciones separatistas totalitarias
(entre otros, varias decenas de ayuntamientos catalanes adscritos a la
Asociación de Municipios por la Independencia), la airada protesta pública
frente a la irresponsable decisión de Sánchez de pactar con el diablo para
conseguir gobernar es, simplemente, una pose de cara a la galería y no un
rechazo radical a un pacto larvado de los socialistas con radicales de extrema
izquierda, independentistas totalitarios y pintorescas opciones
anticapitalistas que, en caso de consolidarse, acarreará graves perjuicios
políticos, sociales y económicos a todos los españoles. Por tanto, la decisión
de Sánchez y su Ejecutiva, inexplicable no, simplemente irresponsable.
Irresponsables
incluso los argumentos, engañando a la ciudadanía, para justificar lo injustificable,
como si fuésemos idiotas, al manifestar que el préstamo de senadores es
simplemente una cuestión de “cortesía parlamentaria” (Oscar López), una
tradición que supone simplemente “una cierta situación anómala” (Ximo Puig) o una
práctica habitual que socialistas y populares hacen con “asiduidad” por lo que
“es una circunstancia que se ha repetido mil veces; no es la primera vez”
(Micaela Navarro), ya que, incluso pasando por alto esa especie de beatífica y
gratuita “cortesía parlamentaria” sin pedir nada a cambio, que nadie se cree,
ocultan de forma irresponsable que, en efecto, no siendo la primera vez que
populares y socialistas han cedido parlamentarios, aunque no por razones
altruistas de profundización democrática (para eso están los resultados
electorales y los reglamentos que ponen a cada uno en su sitio), sí es la
primera vez que semejantes concesiones, hechas a espaldas de los ciudadanos, se
hacen a opciones políticas antidemocráticas, anticonstitucionales o
independentistas (cuando se hicieron a CiU, era una opción nacionalista
constitucional) que tienen planteado un pulso totalitario al Estado de Derecho,
una especie de golpe de Estado civil, amenazando con romper España y secuestrar
la soberanía nacional mediante la desobediencia a la legalidad democrática y el
desacato desde las propias instituciones al Imperio de la Ley, base esencial de
cualquier Estado de Derecho democrático. Esta es la grave irresponsabilidad en
que incurre Pedro Sánchez y quienes le apoyan dentro del PSOE, partido esencial
desde la Transición en la vertebración de España y en su gobernabilidad, que,
con semejante medida se echa al monte, al igual que en su momento hizo Zapatero
prometiendo a nacionalistas e independentistas catalanes, sin tener competencia
para ello, que todo lo que viniera del Parlament de Catalunya sería apoyado por
el Gobierno que presidía. De aquellos polvos, estos lodos antidemocráticos que
Sánchez, en vez de aislar, prefiere extender amplificando la voz de quienes se
sienten tan a gusto revolcándose en semejante lodazal. ¿Se entendería como
irresponsable semejante “cortesía” con Amaiur, Bildu, Geroa Bai, BNG… en plena
efervescencia del radicalismo abertzale? Por razones obvias, jamás se hizo, ni
por “cortesía”, ni por interés particular alguno.
Así
pues, explicable, aunque irresponsable, para que a Pedro Sánchez le salgan las
cuentas, pactando con los comunistas de Pablo Iglesias, pacto que ambos siempre
negaron, si éstos permiten venderlo mejor de cara al Comité Federal, posponiendo
el ilegal “derecho a decidir” y retirando la promesa de un “referéndum”
independentista. De ser así, salen las cuentas para investir a Sánchez en
segunda votación con los votos afirmativos de PSOE, Podemos, IU y PNV, además
de la “cortesía” generosa de la calculada abstención de los independentistas de
ERC y DiL, la camuflada marca de CDC. Objetivo personal de Sánchez cumplido que
venderá a la ciudadanía como “gobierno de izquierdas progresista” a pesar de
los apoyos, ¡eso sí, por “cortesía”!, de las derechas nacionalistas (PNV y DiL),
de las izquierdas totalitarias independentistas (ERC) y del variopinto elenco
de minoritarios partidos radicales, aglutinados en Podemos, que andan a la
gresca entre ellos mismos y califican a nuestra democracia como “régimen”,
heredero del franquismo, al que hay que eliminar y sustituirlo por las
solventes “democracias” populistas.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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