jueves, 19 de enero de 2017

CANDIDATURA DE PATXI LÓPEZ, UN FRAUDE



                        Aunque se rumoreaba y, ya se sabe, “cuando el río suena, agua lleva”, Patxi López es el primero en lanzar su candidatura a la Secretaría General del PSOE, seguramente por aquello de que “quien da primero, da dos veces” y, curiosamente, sin que nadie le pida explicaciones avala su decisión diciendo que no va a “participar en un apaño” y que llegará “hasta el final”, que se ve el único candidato “capaz de tender puentes con todos”, que “la abstención en la investidura fue un error”, que se presenta “para defender un proyecto y no para luchar contra nadie”, que le gustaría “sumar a Pedro Sánchez” en su “proyecto”, que “no son tiempos de cálculos de poder sino de hacer propuestas claras a los militantes”, que su “prioridad” será recuperar la unidad entendida no como “uniformidad” sino desde “la lealtad, el compañerismo y la fraternidad”, y que no siente haber traicionado a Sánchez ya que siempre ha sido leal a su “secretario general, a todos” y ahora lo es  al proyecto en el que cree de “una izquierda exigente”, es decir, al proyecto de Pedro Sánchez. Bonitas palabras que cualquier candidato, limpio de polvo y paja, podría asumir como propias, pero que, lamentablemente, en boca de Patxi López, dada su trayectoria, no sólo suenan a deslealtad, engaño y traición hacia Pedro Sánchez y la camarilla que, como él mismo, le animaron en su errática trayectoria, sino que además suponen un fraude a los militantes que, adoctrinados por ellos, se erigieron en baluarte inexpugnable del absurdo “no es no”, la absurda “izquierda exigente” e inútil de que habla López, que les conducía hacia el abismo, la inoperancia y la irresponsabilidad más absoluta.
            Un fraude a las bases, que, animadas por el “sanchismo” defendido por Patxi López, confiaron, erradas o no, en la promesa de que lo ideal para el PSOE y para España era llevar “hasta el final” y con todas las consecuencias el “no es no” a la investidura de Rajoy e incluso a dialogar con la derecha, para que muchos cuadros, entre ellos Patxi, abandonaran el barco absteniéndose frente a unos pocos que se mantuvieran fieles al ex secretario general, quien, animado por los suyos, entre ellos López, renunciaba al escaño para no desobedecer las directrices oficiales y mantener legitimidad plena para presentarse después como candidato a la Secretaría General con su proyecto. Pero ahora, ¡oh sorpresa!, antes de que Sánchez confirme públicamente su candidatura y tras ser abandonado por sus propios cuadros territoriales, que no por las bases, aparece Patxi López y, tras hablarlo con ellos, que no con las bases, se le anticipa pretendiendo liderar el proyecto sanchista y, sin reparo alguno, publica que fue un error abstenerse (aunque él se abstuvo), que lo acertado era desobedecer al Comité Federal (aunque él lo obedeció) y que invita a Sánchez a que le apoye en su candidatura, cuando lo razonable sería que él apoyara a Sánchez de nuevo o se sumara a las tesis oficialistas definitivamente. ¿Quién cree ahora que llegará “hasta el final” y no se trata de un “apaño” para minar las opciones del sanchismo en las primarias? ¿Por qué él sí como líder, y Sánchez no, del proyecto pedrista frente al tradicional modelo socialista que, supuestamente, defiende Susana Díaz? No en vano la palabra “traición” se oye cada vez más en el ambiente.
            Un fraude en toda regla ya que, tras la manifiesta ruptura del PSOE en dos modelos antagónicos, tanto ideológicos como organizativos, puesta de manifiesto de forma abrupta públicamente, sólo cabe despejar, sin paños calientes y con todas las consecuencias, cuál de los dos modelos es mayoritario entre la militancia socialista, pues, ya no se trata sólo, aunque también, como en ocasiones anteriores, de la indecente y tradicional lucha por el poder personal entre las diversas “familias”, que tanto daño ha hecho al PSOE, sino de algo mucho más grave y trascendental como es decidir si el modelo de partido socialista futuro seguirá siendo homologable con la socialdemocracia europea o con los modelos populistas de izquierda emergentes en Europa, por lo que no cabe esa “tercera vía” que oferta Patxi López y, si cupiera, difícilmente podría ser pivotada por alguien que tanto se ha decantado y tan fervientemente ha apostado por uno de los dos modelos antagónicos en litigio, lo que le inhabilita como elemento de concordia. Con razón Pedro Sánchez, al conocer la decisión de su ex colaborador, manifiesta que, frente a las supuestas candidaturas de Susana y de él mismo, “no tiene sentido que haya tres candidaturas”, pues son dos modelos los que están en juego y cada uno de ellos ya tiene a sus respectivos líderes… Un tercero huele inevitablemente a fraude, bien para que nada cambie, bien para favorecer en definitiva de forma desleal a cualquiera de los dos verdaderos contendientes.
                                   Fdo. Jorge Cremades Sena

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